Volviendo al mundo de las miniaturas, y en este caso en particular al de los hechicer@s del vasto mundo de Warhammer Fantasy, hoy traemos un adepto del viento de Shyish, es decir un mago del Saber de la Muerte. Con todos ustedes: Vectus de Estalia. Este personaje humano se une al grupo de hechicer@s de Las Lunas Hermanas, trayendo consigo la oportunidad de ampliar el trasfondo que se esconde tras uno de los 8 vientos de la magia de este mundo de fantasía.
A diferencia de lo que pueda parecer a primera vista, debido sobre todo a su apariencia sombría, l@s hechicer@s amatista (así se conocen a los practicantes del Saber de la Muerte) no son individuos malignos. Su comprensión del viento púrpura les hace conocedores del principio de que todas las cosas tienen un final, motivo por el cual son comúnmente retraídos y parcos en palabras. Su relación con la muerte (y con los muertos) les hace parecer meros nigromantes a ojos de los menos entendidos en materia mágica, pese a que sus intenciones no son las de conquistar la muerte, sino comprenderla y acogerla.
Es posible que esta concepción y recelo por parte de la gran mayoría de habitantes del Viejo Mundo tenga mucho que ver con la propia idiosincrasia de los miembros de la Orden Amatista. Y es que atraen a animales mágicos carroñeros, como buitres y cuervos; que a menudo acaban por convertirse en sus familiares, portan guadañas a modo de báculo como si del propio dios de la muerte se tratasen y visten ropajes oscuros y ajados. Son en sí mismos una amalgama de símbolos de mal agüero, aunque perezca que los hechicer@s se afanen por perpetuar esta imagen sobre ellos.
Vectus posee todos estos tópicos de su Orden. Aunque su historia esconde algunos detalles más...
En Estalia está muy extendido el culto a Morr. El dios de la muerte es el padre de Myrmidia, y como tal, uno de los dioses de panteón clásico del sur del Viejo Mundo. Tras la devoción a la diosa patrona de las Artes y la Guerra, Morr ocupa el segundo puesto en cuanto a fieles. Aquellos que sienten, aunque sea de una manera tenue, el Shyish, interpretan las visiones brujas del viento púrpura como una señal divina para tomar los votos del Señor de los Muertos. Como tantos y tantos otros Sacerdotes de Morr, Vectus descubrió sus habilidades cuando éstas se potenciaron, mucho después de haber tomado los hábitos del Culto. Este paso natural de Sacerdote de Morr a hechicer@ amatista permite a sus usuarios haber recibido una educación muy estricta en cuanto al respeto hacia los muertos, por lo que podría decirse que los adeptos del Shyish son totalmente opuestos a los Nigromantes. Aunque no por ello están exentos de malograrse y convertirse en siervos de la No Muerte o incluso del Caos.
Como decía, al igual que otros muchos miembros del culto de Morr, Vectus dejó su congregación en Magritta con el fin de emprender un camino que le permitiera entender mejor sus cualidades mágicas. Sin los excelentes suficientes para poder unirse a los Colegios de Magia de Altdorf, en el Imperio, Vectus comenzó a trabajar en los muelles del gran puerto magrittano, llevando a cabo tareas administrativas y contables con las que poder ganar dinero de una manera segura, aunque lenta. Un buen día, un variopinto grupo de aventureros se presentaron en su despacho en busca de información sobre un cargamento procedente de Tilea. Vectus sabía de sobra a qué lote se referían, pues él mismo había percibido que el contenido de aquellos sacos hedían de magia. Aprovechando la oportunidad que se le presentaba, y conocedor del potencial de los artículos que buscaban aquellos buscatesoros, Vectus se ofreció a ayudarles de modo desinteresado, pero negociando una buena cantidad de monedas a cambio de su servicio. Desgraciadamente, la mercancía se había esfumado en cuanto Vectus y sus aliados fueron a reclamarla, pero no todo estaba perdido, concentrándose en sus capacidades mágicas, siguió el rastro del contenido hasta un barco, en principio, sin vigilar. Cuando por fin consiguieron cargar los sacos en las grupas de sus caballos, de pronto se vieron sorprendidos por varias andanadas de virotes, haciendo que dos de los aventureros pereciesen a los pocos segundos. Vectus pudo ver perfectamente cómo sus almas escapaban de las carcasas que eran sus cuerpos e, imbuido por la presencia de la magia en el ambiente y acorralado, el hechicero hizo brotar unos zarcillos púrpuras de su mano que se enroscaron al rededor de las gargantas de los tiradores. Consciente de lo que estaba a punto de hacer, Vectus no titubeó y con un gesto serio y decisivo segó la vida de sus atacantes en el acto.
Tras aquel incidente, el grupo de aventureros imploró a Vectus que se uniera a ellos, pues en todo grupo que se preciase hacía falta la arcana visión de un mago, más aún cuando acababan de perder a dos compañeros. Vectus aceptó a condición de obtener una mayor parte de aquel botín. Desde entonces, Vectus viaja por todo el Viejo Mundo aprendiendo de toda clase de experiencias y mejorando y aumentando sus dotes de hechicería. Junto a su grupo de aventureros, Vectus está consiguiendo más oro que el que hubiese podido ganar con un trabajo más tranquilo. Sus pasos les ha llevado a Mariemburgo y en cuanto tenga la oportunidad, remontará el río Reik hasta la capital, Altdorf, para afrontar su destino.
La miniatura de Vectus procede el kit multicomponente de Hechiceros de Batalla Imperiales. En este caso, no me comí tanto la cabeza con conversiones ni dobles interpretaciones como con Wa'el Sirâj. Utilizando los componentes propios para crear un hechicer@ del Saber de la Muerte, salvo por el reloj de arena (sí, también les gusta medir cuánto tiempo le queda a algo hasta su inevitable final), recree el típico mago consumido y frágil. La única conversión a la que dediqué demasiado esfuerzo fue al buitre que acompaña a Vectus allí donde vaya. Se trata de una miniatura Kromlech donde, entre otras aves de presa, figura esta rapaz carroñera sobre una verja, de la cual me tuve que deshacer. Con algo de masilla para hacer las garras y alambre, me decanté por apoyar al familiar sobre el brazo de la miniatura, pues era el único lugar donde tenía espacio para situarse. Reconozco que está en una posición un tanto extraña, por lo que no descarto mejorarlo más adelante, si se me ocurre cómo.
Como no podía ser de otra forma, Marta García se encargó de su pintado, utilizando negros, grisees y púrpuras característicos de la Orden Amatista. Las rosas también fueron pintadas con estos colores, pues todos los que amamos este hobby sabemos que las rosas que crecen cerca de los jardines de Morr (los cementerios) son negras. Desde luego, lo que más me gusta de esta mini es sin duda la guadaña, la cual parece un arma de ultratumba, casi espectral.
Ahora que ya no existen los 8 Saberes de la Magia, la miniatura de Vectus se ha tenido que readaptar en un Nigromante humano. Algo con lo que en Estalia no están nada, pero que nada, de acuerdo. De hecho, en la 'Legacy Army List' hemos suprimido la posibilidad de incorporar al ejército un hechicer@ de este tipo (y Demonología también), aunque somos conscientes que este tipo de rufianes habitan tras nuestras fronteras. Desde aquí mando un mensaje a los desarrolladores de the Old World para que vuelvan los 8 Saberes de la Magia y sean más coherentes con la personalidad de los ejércitos. ¡No más bolas de fuego para los Elfos Silvanos ni transgresiones a través de las sendas místicas para Enanos del Caos!
¡Hasta pronto!
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