Continuando con las publicaciones de la colección estaliana, toca presentar a Wa'el Sirâj, hechicero de gran poder al servicio de la verdad y la rectitud en el uso de las artes mágicas. Es decir, un hechicero de la Orden Blanca, como su túnica.
Esta miniatura de hechicero fue el primer descarte del pack dual de hechiceros del Imperio que Games Workshop vendía para montarte tu propio señor de la magia al gusto. Había varios componentes para montar hechiceros del Saber de la Luz, de la Muerte, del Fuego, del Metal y de los Cielos. Yo por mi parte hice un intento fallido de un Recaredo Vicente y con el otro cuerpo hice a Wa'el Sirâj, con la cabeza del hechicero del Saber del Metal (¿por qué todos tienen que tener una máscara de algún tipo? Entiendo lo de Baltasar Geltz ¿pero el resto de adeptos?) y conversioné levemente el báculo para que me sirviese de la luz.
El caso es que con el tiempo, esta miniatura se ha convertido en mi mejor opción de las tres de las que dispongo para ir a la batalla cuando necesito de un adepto de la Orden Blanca para desencadenar energías purificadoras en el campo de batalla. Pese a que no me convence esa cabeza metálica con perilla egipcia, lo cierto es que tampoco me convencía ninguna otra cabeza para hacer de hechicero de la luz, ni siquiera la que en teoría debía servir para tal cometido.
Quizás si algún día consigo una cabeza que merezca la pena, esta mini de plástico sufra una cirugía facial o simplemente, le de por quitarse la máscara. Más adelante hay más fotos y trasfondo sobre esta miniatura. ¡Vamos allá!
Como se aprecia por su nombre, Wa'el Sirâj no es un hechicero "estaliano" en el sentido estricto. Su nombre es más bien de origen árabe, la tierra que le vio nacer, y viene a significar "el que regresa a la luz".
Harto de la pasividad que demostraban los gobernantes hacia las artes oscuras practicadas en su país y de la oscuridad que engullía toda Arabia desde el más joven pícaro hasta el visir más pudiente, Wa'el Sirâj decidió poner rumbo hacia costas que también estuvieran bañadas por el viento blanco de Hysh. De este modo fue como eligió Estalia como su residencia y, aunque en un principio intentó ocultar sus dotes para la magia y su origen árabe a través de una máscara, pronto fue descubierto por sus vecinos y delatado a las autoridades de Magritta. Con su currículum mucho no se podía esperar de una turba que desconfiaba de lo desconocido, y sin consultar ni informar a las altas autoridades mágicas de la ciudad, Wa'el Sirâj fue rápidamente sentenciado a la hoguera. Encerrado en los calabozos de un pequeño cuartel del puerto hizo lo posible por escapar usando todo su conocimiento de los vientos de magia, pero su poder era apenas el de un aprendiz de mago y sus intentos resultaron fútiles.
Durante su ejecución, atado a un mástil y despojado de su máscara, Wa'el solo oía el crepitar de la paja que iniciaría la combustión de los maderos que se encontraban bajo sus pies y pronto consumirían su cuerpo. Sin embargo las voces del gentío de pronto se hicieron presentes a la vez que el fuego escapaba del tablado, uniéndose en una única bola de fuego que se elevó sobre las cabezas de los espectadores que allí se agolpaban y que rápidamente se desvaneció. De entre la muchedumbre emergió con furia, hacia el escenario, un viejo encapuchado apoyado sobre su vara. Todos los que allí se encontraban conocían a Cosme Centellas, un gran hechicero que contaba con el favor de la Sagrada Orden de Myrmidia, por lo que nadie hizo nada por evitar que el conjurador desatase al árabe y se lo llevase consigo.
Tras viajar al norte, Wa'el Sirâj fue instruido por el hechicero de fuego y tomado bajo su protección hasta obtener el permiso colegiado en Estalia para practicar magia. Desde entonces puede verse a ambos hechiceros allí donde las fuerzas de la oscuridad intenten engullir parte de la luz del mundo.
Hasta aquí la historia, que se ha extendido algo más de lo intencionado. En cuanto a su función en batalla, la inclusión de un hechicero es más que necesaria, con un pergamino de dispersión y un talismán de salvación a ser posible. Lo suyo es combinar las reglas especiales que otorgan los hechizos de potenciación a las armaduras bruñidas de algunas unidades estalianas para mejorar la salvación especial de estas tropas de élite (Caballeros, Guardia del Sol, Caballeros Astados y Hermanas de Furia). Por lo tanto toca ir a pie en la mayoría de los casos, y potenciar la fase más estaliana: el combate.
Los colores de los hechiceros del Saber de la Luz se representan generalmente de blanco, pero eso no impide que cada hechicero lleve los colores que guste, como por ejemplo Max Schreiber de la saga de Gotrek y Félix quien porta atuendos amarillos y pardos. He querido ser conservador y darle un color acorde con lo que quiero representar, pese a que la miniatura en sí parezca un hechicero del Saber del Metal a causa de la máscara.
La pose de esta miniatura quizás sea lo que menos me gusta. Parece que esté tapándose la cara y con los brazos en una postura muy forzada, casi incómoda. Pero el nivel de pintura camufla quizás esos detalles. Nada más, terminamos como siempre con más fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario