En Bretonia, la administración de aldeas, castillos y tierras recae sobre los Caballeros del Reino; nobles que han jurado los votos del caballero y que se deben a su ducado y, por ende, a su Duque para toda la vida. Sin embargo, en Mousillon, esta relación entre caballeros y Duque se extiende durante mucho más tiempo. En el Ducado Maldito ni la sangre azul asegura el descanso eterno. Aquí, campesinos y caballeros luchan codo con codo en un jerarquía que los sitúa al mismo nivel, por debajo de los Nigromantes y Vampiros que controlan sus huesos y despojos para sus oscuros planes.
Los Nobles funestos de Mousillon son Caballeros del Reino reconvertidos en Caballeros Negros por las artes nigromáticas. Sin embargo, pese al polvo de sus ropajes y el óxido de sus armaduras, estos caballeros aún portan los coloridos emblemas que lucieron en vida. Los amarillos y negros propios del ducado de Mousillon se mezclan con los rojos, blancos, azules y violetas de otras casas vasallas, pero todas con la heráldica de la flor de lis, propia de este reino de decadencia.