Se acaban las vacaciones. El invierno se acerca. Es hora de volver con la rutina y dejar de lado las tardes enteras dedicadas al hobby... O tal vez no. De hecho, este verano apenas he tocado muchos los pinceles, y anda que no tenía un montón de planes para hacer en dos meses y medio. Quería comprar y pintar un tablero de juego modular, también pintar unos nuevos Forestales silvanos, pintar el Hombre Árbol y alguna unidad silvana más, repintar y reparar el "mallorn" élfico, hacer una Acrópolis de los Héroes con las piezas de la acrópolis de Scotia Grendel, terminar el Bosque Citadel... Avanzar en mis proyectos en resumidas cuentas. Al final entre unas cosas y otras no he dedicado mucho tiempo a "frikear", de modo que el resultado ha sido el de únicamente terminar una unidad de Dracohierros, la cual ya tenía empezada desde mayo y que en breves compartiré en este blog. ¡Ah! Y además he repintado la Aeda Mágica que muestro a continuación y que lleva por nombre Alatariel, Estrella de Invierno.
No obstante puedo sacar algo positivo en lo que respecta a mi relación con el hobby durante este verano. He podido jugar tres partidas con mi ejército de Elfos Silvanos, con resultados más que satisfactorios: dos victorias y un empate. Gran parte de la culpa de haber salido invicto de esta estación sin apenas lluvias se debe a Alatariel, Estrella de Invierno, quien sobrevivió a todas las partidas y controló magistralmente los vientos de la magia para inclinar la balanza a mi favor en todas las fases de Magia disputadas.
Antes mencioné que esta Aeda ha sido repintada. Es una miniatura que conservo en mi colección desde la primera semana que me hice con el batallón de los Elfos Silvanos, hará ya unos 9 años. Como la mayoría, con el paso del tiempo he mejorado mis trazadas, dándose una gran diferencia entre las miniaturas que pinté hace 5 años y las más actuales. Por ello me dispuse a quitar toda la pintura con acetona, de esta y otras miniaturas, logrando mejorar algo el nivel de éstas. No estoy muy contento con el resultado final de Alateriel, quizás porque no he elegido bien el esquema de colores. Pero no me preocupa mucho, pues aún así le doy un aprobado personal y espero conseguir un mejor acabado con la otra hechicera preparada para ser pintada.
Con esta hechicera he intentado plasmar los orígenes de Ulthuan que los elfos de Argwylon comparten entre sí. De este modo elegí el azul y blanco para las luces y sombras del vestido, colores comunes en la ancestral isla, acompañados de una capa morada vistosa y un báculo verde más propio de Athel Loren. Al igual que la mayoría de sus primos lejanos de Ulthuan, Alatariel también es de cabellos dorados.
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