domingo, 25 de enero de 2015

Marco Comemulas

 Qué mejor manera de dar comienzo a las publicaciones estalianas que con la mejor miniatura, hasta ahora, de la colección. Es muy vistosa dado su descomunal tamaño (para eso es un Gigante), tiene un pintado insuperable gracias al pincel mercenario de la artista Marta García y para colmo es una miniatura original conversionada y enmasillada casi al 100% por Gonzalo Martín.

 Antes de presentar al Gigante Marco conviene comentar algo a cerca de Estalia. No entraré en detalles pues se podría escribir un libro del tema. Basta con decir que Estalia es la España de Warhammer Fantasy, un país de fantasía basado en el Siglo de Oro español formado por un ejército de orgullosos mercenarios humanos y devotos de la diosa Myrmidia. Se puede encontrar algo más de información bien resumida en La Biblioteca del Viejo Mundo si se quiere profundizar más en esta parte del trasfondo tan olvidada. ¿Comenté antes que podría escribirse un libro? Lo cierto es que esta miniatura tiene la principal misión de ilustrar la sección de miniaturas de la futura reedición de dicho libro de ejército de Estalia cuya creación se lleva a cabo en el foro de Estalianos.

 En Estalia existen algunos núcleos de estos humanoides de más de 10 metros de alto, sobre todo en las laderas resguardadas de las Montañas Irrana. Aunque algo estúpidos, la mayoría de los Gigantes asentados en Estalia conviven con las gentes de las cercanías con el fin de poder llenar sus insaciables ganas de comida, vino y oro. Por su parte, los estalianos consiguen a cambio la protección y la fuerza de estos monstruos del Viejo Mundo.

 En algunos casos, los Gigantes están dispuestos a marchar a la guerra por más cantidad de comida, vino y oro con los que llenar sus zurrones. Este es el caso de Marco Comemulas, quien a día de hoy sirve al señor de Palantta como guardaespaldas personal, embajador cuando se necesita amedrentar y fuerza de asalto en los lances con los nobles enemigos. A diferencia de otros parientes Gigantes, Marco ha adoptado algunas de las costumbres de los humanos para los que trabaja, combatiendo cual experimentado Diestro estaliano y demostrando una clase y vanidad digna de su pagador.

 Pasando al contexto artístico debo comentar algunas peculiaridades de esta miniatura. A pesar de tener un esqueleto de un Gigante de Warhammer, lo cierto es que ya no se distingue nada de la miniatura de plástico original salvo la cabeza y la mano derecha, el resto es todo masilla verde. Desde un principio Gonzalo quiso darle ese aspecto de espadachín duelista, por lo que la pose fue cambiada y se le añadieron detalles propios de un Diestro como la capa, el sombrero emplumado y los ropones ligeros. Un detalle insuperable es la capacidad de poder poner y quitar la espada que empuña a su antojo gracias a la astucia del escultor que añadió un imán entre la hoja y la empuñadura para que el transporte de esta miniatura fuera más sencillo, al igual que la capa desmontable que dispone.

 El pintado corrió a manos de Marta García, una excepcional artista del pincel. Para su pintado sólo especifiqué que los colores de las ropas fueran en morados y blancos, que son los colores de la casa nobiliaria de Palantta. El resto fue elección de quien pintaría la miniatura, de la que destaco los minuciosos detalles de las ropas y el sol, parches y bordados de la capa. No hay palabras para describir lo extraordinario que me ha parecido el resultado final.

 Ya sólo queda repartir unas cuantas tollinas en el campo de batalla, pues aunque los Gigantes en esta (y en las anteriores) ediciones de Warhammer Fantasy sean algo deficientes, las reglas de los Gigantes estalianos están algo mejor dirigidas. Además soy de la opinión que una miniatura de este nivel debe entrar en todas las listas aunque no sea la mejor opción competitiva.

 Terminamos con algunas fotos más desde distintas posiciones.






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